Después de un otoño y una primera parte del invierno que han marcado un hito negativo en cuanto a falta de precipitaciones, el final de febrero y el mes de marzo, ya con la primavera a un paso, se han destacado justo por lo contrario… semanas enteras en las que la lluvia y también el viento y las bajas temperaturas nos han sorprendido a todos por su intensidad y persistencia.

Cada centímetro del territorio Club de Campo necesita esa agua que nos cae del cielo y que los expertos dicen que no ha podido ser superada ni por los más sofisticados sistemas de riego artificial. Cada día de lluvia lo hemos recibido con la alegría de saber que alejaba un poco más la incertidumbre de las posibles restricciones, que tanto daño podrían hacer a nuestro paisaje y a nuestras actividades. En el lado negativo nos han obligado al aplazamiento de algunas de ellas como la Carrera Solidaria y el Trofeo Interclubes de Madrid de Patinaje. A tomar esta indeseada medida nos han conducido las malas condiciones técnicas de las instalaciones a utilizar, provocadas por la climatología adversa (lluvia y viento sobre todo), que podían hacer que las actividades cobrasen un riesgo innecesario para los deportistas. El balance, a pesar de todo, es positivo puesto que el agua es un bien imprescindible y su uso inaplazable mientras que las actividades se recuperarán y brillarán con todo su esplendor, desarrolladas en las condiciones y entorno que merecen.

Para nosotros lo más importante es preservar la seguridad de las personas y muy especialmente de nuestros deportistas de cualquier edad y nivel. Ello a veces nos puede llevar a decisiones que seguramente no agradarán a muchos y que, sin embargo, estamos obligados a tomar pensando en el interés común. El protocolo de reacción ante la previsión de fenómenos meteorológicos adversos que estamos aplicando es una buena muestra de la seriedad con que debemos abordar estas situaciones para bien de todos.

En este mismo ámbito, el de la seguridad, entre las noticias que encontrarás en esta edición está la del reforzamiento de la señalización sobre el paso vedado a peatones (paseantes, caminantes, corredores y ciclistas) en la zona hípica en general y concretamente en el vial de tierra que discurre junto a la tapia, en la zona que corre paralela al río. Es evidente y positivo que cada vez hay en el Club más personas que caminan con bastones (“nordic walking”) o que corren, pero también lo es que la concurrencia de estas prácticas con la ecuestre puede ser explosiva en términos de seguridad. Movimientos rápidos e inesperados, colores vistosos, etc… son situaciones que pueden desconcertar al animal y provocar una reacción brusca que tenga como consecuencia descabalgar al jinete y a partir de ahí viene lo imprevisible…

El Plan Estratégico del Club, entre otras muchas, contiene una medida concreta en relación al diseño y construcción de un recorrido seguro para quienes quieran caminar o correr por dentro del mismo, pero esto aún tardará; mientras tanto, por favor, respetemos las señales que indican limitaciones o prohibiciones, que deben ser tomadas como guías para la seguridad y de ninguna manera como imposiciones arbitrarias. Estamos seguros de que así se entenderá y respetará.

Joaquín Ballesteros

Gerente CCVM